Somos seres dependientes del oxígeno, así en estado fetal ya somos unos consumidores compulsivos de este preciado gas suministrado por nuestra madre. Unos meses después,  al nacer emitimos nuestro primer llanto y nos hacemos responsables de respirarlo.

Son 6 los elementos químicos principales en nuestro organismo: carbono, hidrógeno, nitrógeno, calcio,  fósforo y el oxígeno, el cual representa el 65% del total, aportando energía a todas nuestras células para cumplir sus funciones y protagonizar grandes cambios en nuestro crecimiento y desarrollo. Esa energía útil para la función celular proviene de su unión con los nutrientes dentro de la célula.
Pero esta energía se agota de inmediato,  requiriendo mas oxígeno para generar mas energía y mantenerse en función.

Por lo anterior se entiende por que respiramos permanentemente, que nuestros pulmones cargan nuestra sangre de ese oxígeno y que esta ultima se encarga de repartirlo por todo el cuerpo.
Con el pasar de los años se hace mas necesario que las células estén activas, hagan su función nutricional y defensa de los radicales libres.

En algunas situaciones de la vida cotidiana de una persona normal se pueden generar sensaciones de falta de oxigeno. Por ejemplo subir por las escaleras varios pisos, sentimos la necesidad de respirar mas rapido y mas profundamente. Esto ocurre por que a mayor necesidad de energia por ese ejercicio necesitamos mas oxigeno.